«You may all go to hell. I’m going to Texas»

Dicen que, si eres un exchange student en USA, que te toque hacer tu año de intercambio en Texas es lo mejor que te puede pasar. Así que os podéis imaginar mi emoción cuando me informaron de que una familia en The Lone Star State había decidido acogerme.

texas
Antes de nada, pongámonos en contexto: miércoles 13 de abril (necesario puntualizar que durante esa semana estaba en Navarra, en una excursión organizada por mi profe de biología), 6 de la tarde. Acabamos de terminar la última actividad del día, una visita guiada a las cuevas de Mendukilo (por cierto, muy chulas, pero llevábamos todo el día de aquí para allá y no podía con mi alma) y tan pronto nos dicen que ya podemos ir subiendo al bus, salgo corriendo (literalmente) hacia él. Soy la primera en entrar. Me siento en mi sitio habitual y empiezo a quejarme mentalmente de lo cansada que estoy y del largo viaje que nos queda de vuelta al albergue. Mientras la gente va llegando, saco el móvil para ver si ha pasado algo interesante durante las dos horas que me pasé muriéndome de frío 50 metros bajo tierra la tarde.
Me llega una notificación de que tengo un nuevo correo. Seguro que es el pesado de Twitter recoméndandome a gente a quien seguir por favor que alguien me diga cómo desactivar esos correos.
Espera. Espera. El asunto del correo es: «Hello from Texas». No puede ser. ¡¡¡QUE ME VOY A TEXAS!!! Pues sí, antes de abrir el correo quien sabe, a lo mejor era un email de Twitter recomendándome una cuenta texana ya estaba yo proclamando a los cuatro vientos que me iba a Texas. Mis pobres compañeros, tan afectados y aturdidos como yo por el exceso de estalactitas y estalagmitas que acabábamos de ver, no se enteraban de nada, pero yo era feliz. Cabe destacar que la cara de asco que puso mi hermana melliza Amanda cuando me escuchó decir que me había tocado Texas fue monumental pobre inocente, aún tenía esperanzas de que me tocara California y ya estaba planeando un viaje a Los Angeles por todo lo alto. Yo, por mi parte, estaba emocionadísima, porque fue en ese momento en el que me di cuenta de que, aunque llevaba meses diciendo que me daba igual el estado, en realidad siempre había querido que me tocase la mítica y encantadora Texas.
Pero Texas es enorme (es el segundo estado más grande del país y es, de hecho, más grande que España), así que mi gran pregunta era «vale Texas, genial genial pero, ¿a qué parte?». Seguí leyendo el correo y todas mis dudas fueron resueltas mi pobre madre estadounidense debió de echarse 3 días escribiendo el email, porque aquello parecía la biblia.

Mi host family está formada por Mindy, Terry y su hija Hunter, de 11 años. Viven en Bovina, un pequeño pueblo del noroeste de Texas (súper cerca de New Mexico) de 2000 habitantes sí, yo al principio también pensé que faltaba un cero pero no, exchange student probs. Ya he hablado con ellos y de verdad, no podían ser más riquiños. Lo gracioso es que este curso está viviendo con ellos Paula, una becada de más ni menos que de ¡Ourense! muy lol todo 

Cuando la familia me lo dijo empecé a partirme el culo porque pensaba que era una broma o algo me alegré un montón, y más aún cuando me puse en contacto con ella y me dijo que estaba súper a gusto con la familia y que realmente había tenido un montón de suerte con ellos. Lo mejor de esto es que Paula me ha dado un montón de consejos (sobre elección de asignaturas, deportes, horarios, etc) y después de todo lo que me ha contado no puedo esperar a estar allí.Además, el hecho de que quieran volver a acoger a una estudiante gallega dice mucho de ellos eso sí, van a quedar de la tortilla y de las gaitas hasta las narices así que yo encantadísima.

Aquí os dejo un par de fotos para que situéis Bovina en el mapa: map_of_bovina_txScreenshot_2016-05-07-00-11-58-1

Como véis, está muy cerca de ciudades como Albuquerque.

Y esto es todo hasta ahora, ¡gracias por leerme y hasta la próxima!